España está elaborando el nuevo modelo de frontera que se aplicará con la reapertura, en cuyo documento destaca los impedimentos para suprimir la excepcionalidad Schengen en las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla.
El jefe del Ejecutivo local ha hablado del Tratado de Buena Vecindad con Marruecos, que es «la opción idónea para no alterar las relaciones bilaterales».
Según el diario «Ceuta Actualidad», fuentes de la Delegación del Gobierno español insisten en que el asunto, de la supresión de la excepcionalidad de Schengen, es “muy delicado y nada fácil”.
Las mismas fuentes subrayan que todo el poder de decisión no recae en Ceuta, ni mucho menos. Confluyen los intereses de Madrid, la Unión Europea e, incluso, Marruecos. “Con quien hay que negociar la naturaleza fronteriza”.
«Precisamente, este repliegue obedece a un temor ante una posible respuesta por parte del Reino de Marruecos», de acuerdo al mismo diario.
“Condicionaría las relaciones con Marruecos, que tendría reacciones”, reconocen desde la Delegación, que insisten reiteradamente en que las relaciones entre Marruecos y España “son buenas” y “se retoma la cooperación” entre ambos países.
Ahora se barajan otras opciones que puedan ser beneficiosas para los dos países sin perjudicar sus intereses y relaciones.
“El acceso sin visado de los habitantes de la zona circundante solo sería posible mediante un acuerdo de tráfico fronterizo menor ajustado al reglamento comunitario de 2006, al que deben dar el visto bueno tanto Marruecos como la UE”, señalan.